jueves, 17 de marzo de 2011

Sobrevivir, vivir, desvivir.



Se puede sobrevivir sin amor, pero es sólo eso, sobrevivir. 

Uno sólo vive cuando desvive por alguien más y ese alguien más, lo recompensa con un sincero y absoluto: "Te amo".


A veces pensamos que podemos solo sobrevivir hasta morir,
pero es porque hemos olvidado lo que es desvivir para sentir lo que es vivir.

viernes, 8 de octubre de 2010

Rubertina de la Rosa Ricardez


Rubertina de la Rosa Ricardez

Tú, solo tú,
nadie más,

eres suficiente,
eres perfecta.

te acoplas a mí,
me haces sentir,

me llenas,
me incitas...

Me incitas con tu pelo color marrón,
de pétalos comestibles,
es un chocolate amargo,
uno que despierta tentación.
La misma tentación que sufren las gordas a dieta,
igual a la que sufren los malditos drogadictos,
una tentación, una tentación casi tan sobrada a la que tuvo Eva.

Tu vestido de vino Châtea Lafitte,
también amargo,
Pegado al cuerpo, exacto a tu ser,
pegado a la pasión que nunca duerme en ti.
se mueve acorde a tus caderas tornadizas, suculentas;
pero tu, sólo tu, haces sentir la misma necesidad que sufre un mugriento indigente,
en mitad del desierto, en una tarde seca, soleada, el descalzo, sediento.

Al acercarte, por doquier se siente un perfume,
con un olor único, a pecado.
pecado que llevas a cometer con sólo pensar,
pensar en lo que sería unas horas a tu lado.
El sólo pensar en esas horas, me condena,
pero como lo deleito, aunque sea sólo un pensamiento.
La noche se tornaría a roja, porque las estrellas se turbarían,
al ver tanta pasión, al ver tanta maldad,
al ver el delirio, que por esa noche,
se transformaría en nosotros.

Tus zapatillas rojas, llamativas,
tan altas como tu ego,
es indeleble la imagen del erotismo
que vas marcando en las mentes con cada paso.
¿Cómo voltear mi mirada? ¿ Cómo ver otra cosa?
Ni como compararte con alguien más, sería absurdo.


Si vives cada minuto en mi pensamiento,
si cada segundo, pasa tan lento cuando estás aquí,
cuando con la mirada te rompo, te armo, y te vuelvo a romper,
una y otra vez, ni que decir del pensamiento.

No es obsesión, no es necesidad,
es un placer, un placer escribir de ti,
pero pensar en ti, pensar en ti querida Rubertina,
eso, eso ni siquiera tiene moral.
No lo puedo describir, pero como lo puedo llegar a disfrutar.

sábado, 2 de octubre de 2010

Durmientes


La gente duerme,
la gente descansa,
pero pocos sueñan.

Han empezado a dormir por dormir,
sólo porque están cansados,
sólo, porque lo tiene que hacer.

Han dejado de añorar el dormir para soñar,
el soñar para vivir, vivir lo que en la realidad no podemos.
porque nos da miedo, porque eso ya pasó, porque es imposible.

Los sueños se van tornando blancos,
van muriendo,
están desapareciendo.

Eso es porque hemos dejado de dormir para soñar
y hemos comenzado a dormir,
sólo para esperar morir.

viernes, 1 de octubre de 2010

El crimen de un avestruz


Ahí está, con sus ojos grandes,
más grandes que su cerebro
¿qué me ve? ¿Qué le pasa?
¿no podría dejarme en paz?

Su cuello largo, caluroso,
caluroso como estar parado en el desierto a mitad del sol,
sus plumas negras, desesperantes,
que causa una rabia peor que la que sale cuando se frustra una venganza.

Pero su mirada! ella fue la culpable,
esa mirada, fija sobre no se qué,
los minutos son eternos, me estoy desesperando,
muero de calor.

¡¿Por qué no deja de mirar?!
¿Por qué no cierra esos ojos?
Si le he robado los sueños,
le he apagado el calor,
la he matado!

Mi lengua está llena de sangre,
casi, como las manos de un dictador.
El cuarto está llena de plumas negras,
las paredes embadurnadas con pedazos de carne

A pesar de todos mis intentos,
huele, sabe, se siente, ¡Duele!
pero su mirada sigue ahí,
su mirada no se ha ido.

Me estoy enloqueciendo,
tal vez entró a mi, tal vez ahora vive conmigo,
como la sarna en la piel de los perros,

no me queda otra que morir.

Corto uno a uno los dedos de mis pies
para que sufra la desgraciada,
luego arranco uno de mis brazos
para que se retuerza la maldita.

Por último corto mis venas,
para que muera!
poco a poco,
bañándose en dolor!

¡Muere! ¡Quita tu mirada!